Ecuador frente al reto de la trazabilidad: ¿puede la pesca sostenible abrir más puertas al mundo?

Galápagos celebró por primera vez el Día Mundial del Atún: entre la sostenibilidad y la resistencia pesquera
Galápagos celebró por primera vez el Día Mundial del Atún con una feria gastronómica y un llamado urgente a reconocer y apoyar la pesca artesanal como una actividad vital para la economía y la identidad de las islas.
Más de 300 personas asistieron a “Atún Lab”, una feria celebrada en Pelican Bay, Santa Cruz, donde chefs locales, pescadores, científicos y turistas se reunieron alrededor del sabor del atún. El evento, impulsado por la Fundación Tunacons, la Corporación de Pescadores de Galápagos (Corpac) y la Fundación Jocotoco, sirvió no solo para homenajear al atún como alimento esencial, sino también para visibilizar los desafíos que enfrenta el sector pesquero artesanal en el archipiélago.
El atún toma protagonismo en Galápagos: una celebración con mensaje de resistencia
“Siempre habíamos celebrado la langosta, pero esta fue la primera vez que el atún fue protagonista”, contó Grace Unda, directora de CORPAG y una de las voces más representativas del evento. Y no solo hubo comida: también hubo niños dibujando peces, jóvenes bailando el tradicional “baile galapagueño” y diálogos abiertos sobre sostenibilidad pesquera.
Más allá de la gastronomía, la jornada estuvo marcada por un discurso claro: el sector pesquero artesanal de Galápagos necesita seguridad jurídica, reconocimiento oficial y voluntad política para desarrollarse.
El 50% de la flota artesanal galapagueña pesca atún
Actualmente, según datos compartidos durante el programa, más del 50% de la flota pesquera artesanal en Galápagos se dedica al atún. Sin embargo, la normativa vigente no reconoce formalmente esta pesquería. Los pescadores denuncian que no tienen acceso a datos oficiales, no hay actualización del plan de manejo y se enfrentan a decisiones políticas que priorizan la expansión de áreas protegidas sin consultar a las comunidades.
“Estamos sobreviviendo y resistiendo”, dijo Grace con firmeza. Y es que, en palabras de los pescadores, mientras en otras islas del Pacífico se permite la pesca responsable en reservas marinas, en Galápagos se criminaliza una actividad ancestral que alimenta a más de 30 mil personas.
Educación, juventud y futuro
Uno de los ejes del evento fue la formación de nuevas generaciones CORPAG lidera dos proyectos: uno en colaboración con la Universidad San Francisco de Quito, para mejorar la nutrición escolar con atún fresco; y otro para formar a jóvenes en buceo y reconectarles con el mar. “Queremos que los jóvenes amen su tierra”, resumió Grace.
¿Y ahora qué?
La jornada dejó claro que la pesca de atún en Galápagos no es solo una actividad económica: es identidad, es sustento y es parte del ecosistema social. Pero los obstáculos son grandes. La falta de voluntad política, el centralismo en la toma de decisiones y la exclusión del sector pesquero de los planes de desarrollo provincial siguen limitando el crecimiento.
Desde Azul Sostenible, el llamado es claro: abrir el diálogo, actualizar los marcos legales y permitir que Galápagos desarrolle una pesca responsable, sostenible y digna. Como dijo Grace, “no se trata de pedir privilegios, se trata de sentido común”.