Ecuador frente al reto de la trazabilidad: ¿puede la pesca sostenible abrir más puertas al mundo?

Tercer Taller Iberoamericano: una red artesanal por el futuro del mar
El Tercer Taller Internacional de Pesca Artesanal reunió a líderes, pescadores y expertos de más de diez países para trazar una hoja de ruta común frente al cambio climático, la economía azul y la necesidad urgente de cogestión.
Una red que crece desde el mar
“No se puede hablar de pesca artesanal sin escuchar a quienes la viven”, sentenció Nicolás Conil, presidente de la Red Iberoamericana de Pesca Artesanal, en su intervención durante el programa. Desde España, Conil compartió los resultados del Tercer Taller Internacional de Pesca Artesanal, que reunió a más de 120 representantes de países como Ecuador, Chile, Kenia, Francia, Portugal y Brasil.
El evento no solo permitió el intercambio de experiencias entre territorios diversos, sino que dejó claro algo esencial: los retos son compartidos, y las soluciones, también deben serlo.
Cambio climático: la pesca lo siente primero
Uno de los grandes temas abordados fue el impacto del cambio climático. Conil explicó cómo especies como el atún rojo o el pulpo están alterando sus patrones de migración y comportamiento, obligando a los pescadores a adaptarse sin tener aún el respaldo de la ciencia o de políticas claras.
“La ciencia va más lento que el cambio climático”, afirmó. Por eso, una de las principales conclusiones del taller fue la necesidad de poner en valor el conocimiento empírico de los pescadores como herramienta clave para la toma de decisiones. “Somos los doctores del mar”, dijo, subrayando que quienes faenan a diario tienen una lectura inmediata y real del estado de los ecosistemas.
Economía azul vs. soberanía alimentaria
El concepto de “economía azul” el aprovechamiento económico del mar fue también debatido con fuerza. Si bien representa una oportunidad para el desarrollo costero, Conil fue claro al advertir: “La primera economía azul la hemos hecho siempre los pescadores, y ahora somos desplazados por otras industrias, como el turismo o la energía eólica”.
La paradoja más dolorosa: comunidades pesqueras que alimentan al mundo, pero no pueden alimentarse a sí mismas. En palabras de uno de los testimonios, “hay pescadores que no pueden comer pescado; deben venderlo para comprar alimentos de peor calidad”.
Cogestión: el futuro no se impone, se construye
Frente a los desafíos, la cogestión apareció como una salida viable. El modelo catalán, presentado en el taller, muestra que la participación activa de pescadores, científicos, ONG y gobiernos puede generar políticas más justas, sostenibles y efectivas.
“La clave no está en imponer desde arriba, sino en construir desde abajo. Cuando todos se sientan a la mesa, se pueden tomar decisiones reales”, recalcó Conil. Y es que, como quedó claro, el tiempo de actuar es ahora. Y actuar en conjunto.
Un llamado a la cooperación internacional
La red iberoamericana ya avanza. Actualmente participa como observador en instancias como el CIAT e ICCAT, y espera reconocimiento en FAO. Además, lidera proyectos de cooperación con Marruecos, Chile y Brasil, demostrando que el trabajo en red sí da frutos.
“El mar no tiene fronteras, pero nuestras decisiones sí”, concluyó Conil. “Este mundo necesita menos muros y más puentes”.
Escuchar al sector pesquero artesanal no es un gesto simbólico: es una necesidad urgente. En sus redes no solo se recogen peces, también conocimiento, cultura y futuro. Si queremos proteger nuestros océanos y asegurar la soberanía alimentaria, el camino empieza por reconocer, apoyar y trabajar con quienes los habitan cada día. Porque la sostenibilidad, como el mar, debe ser compartida.