Ecuador frente al reto de la trazabilidad: ¿puede la pesca sostenible abrir más puertas al mundo?

Pedernales apuesta por la pesca artesanal con evento en torno a la barracuda
La comunidad pesquera de la Chorrera, en Pedernales, organiza por primera vez una jornada deportiva y gastronómica en torno a la barracuda, con el sueño de convertirla en símbolo local y atractivo turístico.
Un pez con dientes afilados, una comunidad con sueños grandes
No es común escuchar sobre la barracuda en el menú de los ecuatorianos, y menos aún como protagonista de un evento turístico. Pero eso está a punto de cambiar. El 3 de noviembre, la comunidad de la Chorrera, en el cantón Pedernales, será el escenario del primer Festival de Pesca Vivencial de la Barracuda en Ecuador, una iniciativa que busca poner en el mapa a esta especie marina y al esfuerzo de los pescadores artesanales del norte de Manabí.
Nancy Lucas, vicepresidenta de la cooperativa de pesca artesanal Los Delfines de la Chorrera, fue la portavoz de esta novedosa propuesta. Con entusiasmo, explicó que la idea nació del deseo de rescatar las tradiciones pesqueras y dinamizar la economía local a través del turismo responsable. “Queremos incentivar la pesca vivencial y mostrar al país que en nuestra comunidad hay mucho por descubrir”, afirmó.
Una pesca diferente para una comunidad resiliente
La Chorrera es hogar de aproximadamente 2.000 personas, la mayoría de ellas dedicadas a la pesca artesanal. Situada a solo 3 kilómetros al sur del centro de Pedernales, es una zona rica en biodiversidad marina y en cultura costera. Su playa, con aguas cálidas y tranquilas, y su peculiar “punta de los frailes”, la convierten en un destino con potencial aún poco explotado.
Durante noviembre, diciembre y parte de enero, la barracuda también conocida como “picuda” en la zona se convierte en una de las especies más comunes en las faenas pesqueras. Se captura con línea de mano, a unos 20 o 40 minutos de la costa, generando una experiencia emocionante tanto para pescadores locales como para quienes deseen vivir esta actividad por primera vez.
Más que un concurso, una experiencia comunitaria
El evento no solo se trata de pesca. Habrá juegos deportivos, música en vivo, platos típicos preparados con barracuda desde ceviche hasta apanado, elección de la Reina de la Barracuda, y hasta concursos que premian tanto al pez más grande como al más pequeño. Este último con una intención educativa: demostrar que capturar ejemplares demasiado jóvenes afecta la sostenibilidad del recurso.
“La idea es que los pescadores entiendan que hay tamaños que no se deben capturar. Queremos enseñar y conservar”, explicó Nancy, añadiendo que parte del evento se destina justamente a concientizar sobre buenas prácticas pesqueras.
Un llamado a las autoridades (y al país)
Desde Azul Sostenible, se hizo un llamado a las autoridades pesqueras del país para que se acerquen a conocer esta pesquería poco estudiada y se inicie un monitoreo científico de la barracuda. La comunidad busca apoyo técnico, asesoría y reconocimiento, no solo para el evento, sino para fortalecer su forma de vida a largo plazo.
“Si cuidamos la especie, cuidamos nuestra actividad”, reiteró Nancy, quien extendió la invitación a turistas nacionales e internacionales, así como a pescadores deportivos que deseen conocer esta experiencia única.
Una pesca que mira al futuro
El evento de pesca vivencial de la barracuda no es solo una celebración: es un acto de resiliencia, identidad y visión. La Chorrera está apostando por un desarrollo turístico y pesquero que respete el mar, que eduque a su gente, y que le abra las puertas al mundo.
El primer paso ya está dado. Ahora solo falta que más personas y autoridades se unan a esta travesía donde la tradición, la sostenibilidad y la emoción de pescar una barracuda se encuentran en un mismo anzuelo.