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Costa Rica impulsa directrices de la FAO para hacer sostenible la pesca artesanal
Líderes del sector exigen que estas medidas, hoy voluntarias, se conviertan en políticas vinculantes para garantizar equidad, empleo y seguridad alimentaria.
Una herramienta para la sostenibilidad global
En 2014, la FAO presentó las Directrices Voluntarias para la Pesca en Pequeña Escala, un instrumento que busca erradicar la pobreza, garantizar seguridad alimentaria y reconocer el papel crucial de quienes viven de esta actividad. Estas normas abarcan la gestión sostenible de recursos, la gobernanza y la protección de los derechos humanos, con especial atención en la igualdad de género y el desarrollo social.
Ana Ruth Esquivel, presidenta de la Federación de Pescadores Artesanales en Pequeña Escala de Costa Rica, recalca:
“Estas directrices son fundamentales porque aseguran empleo digno, equidad y fortalecen la cadena de valor, desde la captura hasta la comercialización”.
El desafío: pasar del papel a la acción
Aunque las directrices fueron aprobadas hace ocho años, siguen siendo voluntarias. Hoy, organizaciones pesqueras buscan que se transformen en políticas obligatorias, respaldadas con presupuesto estatal.
“No queremos más burocracia ni promesas. Queremos que los gobiernos las acojan como obligación, no como opción”, señala Esquivel.
Esta exigencia se discutirá en Roma, en la reunión del Comité de Pesca (COFI), donde representantes del sector artesanal de todo el mundo presentarán una voz unificada: hacer vinculantes estas directrices para garantizar un futuro justo y sostenible.
Igualdad de género: un cambio necesario
El documento de la FAO dedica un capítulo completo a la equidad de género. Según datos del organismo, las mujeres representan el 50 % de la fuerza laboral en la pesca en pequeña escala, participando en tareas de recolección, procesamiento y comercialización. Sin embargo, enfrentan discriminación, salarios desiguales y riesgos laborales.
En Costa Rica, esta realidad está cambiando. “Hoy, muchas asociaciones de pescadores son presididas por mujeres. Nos costó, porque el machismo sigue presente, pero lo logramos con trabajo y liderazgo”, afirma Esquivel.
La pesca artesanal: motor económico y social
La pesca en pequeña escala aporta el 90 % del empleo pesquero a nivel mundial y, en países en desarrollo, casi la mitad de las capturas. En Costa Rica, 30.000 familias dependen directamente de esta actividad, que abastece de especies como corvina, camarón jumbo y otras variedades esenciales para la dieta local.
“No somos un sector menor. Llevamos alimento a las mesas, generamos empleo y sostenemos economías costeras”, remarca la dirigente.
Alianzas y retos futuros
El sector busca fortalecer la relación con gobiernos, industria y organizaciones ambientales para lograr consensos en sostenibilidad. Además, plantea diversificar con proyectos de economía azul como maricultura y biotecnología, que ofrezcan oportunidades a las nuevas generaciones.
“Queremos que los gobiernos vean el mar como una oportunidad para el desarrollo, no como un problema”, concluye Esquivel.