“Nos están dejando solos”: Manglares en peligro y pescadores bajo amenaza en el Golfo de Guayaquil

Día del Pescador Ecuatoriano: tradición, retos y esperanza en altamar
La celebración reconoce la labor de miles de hombres y mujeres que sostienen la pesca artesanal en medio de desafíos como la inseguridad, la falta de apoyo estatal y la necesidad de mayor sostenibilidad.
Una fecha para enaltecer el oficio del mar
El 29 de junio no es solo una fiesta religiosa ligada a San Pedro y San Pablo; en Ecuador también se conmemora el Día del Pescador Ecuatoriano, una oportunidad para rendir homenaje a quienes, cada madrugada, se enfrentan al océano para proveer alimento y dinamizar la economía del país.
La pesca no es un tema menor: representa el tercer rubro de exportación no petrolero, después del camarón y el banano, y genera empleo para decenas de miles de familias. Desde la captura artesanal hasta la gran industria atunera, el esfuerzo de los pescadores marca la diferencia en la seguridad alimentaria nacional.
Entre la celebración y la memoria
En esta edición, la fiesta se trasladó al sábado por las tensiones sociales y el paro nacional. Sin embargo, las comunidades costeras no dejaron pasar la oportunidad para agradecer y recordar. Como expresó René Carrasco, presidente de la Red de Organizaciones de Producción Pesquera Artesanal del Oro, la jornada “es un reencuentro para honrar a quienes siguen en altamar y también para recordar a los compañeros que hemos perdido, ya sea por la delincuencia o por accidentes”.
El evento incluirá una misa en el agua, elección de la pescadora del año, concursos, juegos comunitarios y, por supuesto, gastronomía local: corvinas, cachemas y conchas prietas, orgullo de la región.
Desafíos que no dan tregua
Aunque la jornada es festiva, la realidad no deja de ser compleja. El dirigente lo resumió sin rodeos:
“Seguimos en abandono. No hay control efectivo de la pesca industrial en áreas artesanales, falta de seguridad, y seguimos pidiendo un seguro para el verdadero pescador”.
Entre las principales problemáticas destacan:
- Inseguridad y piratería: El robo de motores y asaltos en altamar son una amenaza diaria.
- Ausencia de seguro especializado: Hoy los pescadores dependen del Seguro Campesino, ineficiente para su realidad.
- Aplicación débil de la ley de pesca: “No hay autoridad que controle”, denunció Carrasco.
El pedido es claro: mayor presencia estatal, garantías de seguridad y apoyo para que la pesca artesanal sea sostenible y rentable.
Iniciativas y señales de esperanza
A pesar de las dificultades, hay proyectos que abren una ventana al futuro. En El Oro se construye la Casa del Pescador, un espacio que contará con oficinas, salones para capacitación, ferretería marina, comedores y áreas recreativas. Además, se impulsa una gasolinera artesanal para abastecer de combustible a precios justos.
En otras provincias también hay buenas noticias: en Manabí, por ejemplo, un convenio con la cooperación italiana beneficiará a más de 2.200 pescadores con formación en técnicas sostenibles, gracias a una inversión de 2,3 millones de dólares.
Un oficio que también protege el océano
La celebración del Día del Pescador coincide con un recordatorio global: sin océanos sanos, no hay vida posible en la Tierra. Así lo enfatizó la reciente Conferencia de la ONU en Lisboa, donde se instó a acelerar la protección marina y a reducir la contaminación.
Los pescadores lo saben mejor que nadie: “Si no respetamos el ecosistema, no habrá pesca para el futuro”, comentó uno de los participantes durante el programa.