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Ecuador consume poco pescado: una paradoja en un país pesquero
Un estudio revela que el consumo per cápita está muy por debajo del promedio mundial. Expertos piden campañas y políticas públicas para revertir esta realidad.
Una investigación que revela una realidad preocupante
Ecuador es uno de los mayores exportadores de atún del mundo, cuenta con una amplia biodiversidad marina y una industria pesquera consolidada. Sin embargo, paradójicamente, el consumo interno de pescado sigue siendo bajo.
Un estudio realizado por la ESPOL, liderado por el oceanógrafo Franklin Ormaza, analizó el consumo per cápita durante la pandemia y años posteriores. Los resultados fueron claros: el promedio nacional se ubica entre 7 y 10 kilogramos por persona al año, muy lejos de los 20,9 kilogramos que marca la media mundial.
¿Por qué comemos tan poco pescado?
La primera hipótesis podría ser el precio o la disponibilidad, pero la investigación descarta estas razones. Incluso en zonas costeras y pesqueras como Esmeraldas o Santa Elena, donde el pescado está al alcance de todos, el consumo sigue siendo bajo.
Según Ormaza, la causa principal es cultural. La influencia de la comida rápida, la falta de educación nutricional y mitos sobre el mercurio han desplazado al pescado de la dieta familiar.
“Los niños menores de 10 años casi no consumen pescado, y las madres embarazadas tampoco, cuando son los grupos que más lo necesitan”, señala el especialista.
Impacto en la nutrición y en la salud
El bajo consumo de pescado no solo es un tema gastronómico, sino también de salud pública. Los productos del mar son ricos en proteínas, omega 3, aminoácidos esenciales y minerales como el selenio, fundamentales para el desarrollo cerebral y la prevención de la desnutrición crónica infantil.
En Ecuador, la desnutrición afecta a casi tres de cada diez niños, especialmente en provincias de la Sierra, donde las tasas superan el 40%. Para Ormaza, “elevar el consumo de pescado no es la única solución, pero sí es una herramienta poderosa para mejorar la alimentación infantil”.
¿Qué se puede hacer? Campañas y políticas de Estado
El investigador propone convertir el aumento del consumo en una política pública sostenida, involucrando al Estado, al sector privado y a los medios de comunicación.
Otros países como Perú han logrado avances significativos gracias a campañas educativas y alianzas entre gobierno e industria. Allí, el consumo per cápita pasó de 10 a casi 18 kilogramos en pocos años.
En Ecuador, expertos sugieren educar sobre los beneficios del pescado, promover su consumo en programas de alimentación escolar y derribar mitos. También invitan a innovar en presentaciones y recetas para llegar a las nuevas generaciones.