Ecuador frente al reto de la trazabilidad: ¿puede la pesca sostenible abrir más puertas al mundo?

El calamar gigante, en el centro de una crisis pesquera regional
Una especie clave bajo presión
El calamar gigante también conocido como pota o jibia es una de las especies más capturadas en el Pacífico Sur. Supera en volumen incluso al atún. Pero, en 2024, algo se rompió: Perú pasó de pescar 500 mil toneladas a menos de 200 mil. Una caída dramática que no solo afectó al mercado internacional, sino a miles de familias que dependen de esta especie para sobrevivir.
Durante este programa, Renato Gozzer, asesor técnico de CalamaSur, abordó las consecuencias de esta disminución, el papel de las organizaciones pesqueras y el lento avance en la gestión sostenible del recurso.
Calamasur: una voz del sector privado con visión regional
El Comité para el Manejo Sustentable del Calamar Gigante es una iniciativa privada que agrupa a actores de Perú, Chile y Ecuador, tanto del sector artesanal como industrial. Su misión: promover una pesca basada en ciencia, con reglas claras y equitativas para todos los que participan en esta cadena productiva.
Durante la reciente reunión de la Organización Regional de Ordenación Pesquera del Pacífico Sur (SPRFMO), Calamasur presentó junto con Ecuador varias propuestas, entre ellas: estandarizar la recolección de datos científicos, crear zonas de amortiguamiento que limiten la pesca en zonas sensibles y establecer vedas precautorias en alta mar.
¿Avances? Algunos. ¿Retos? Muchos.
Aunque algunas resoluciones fueron aprobadas: como el fortalecimiento del rol de los observadores a bordo y la creación de un fondo para interpretación al español, las propuestas clave sobre el calamar gigante no prosperaron.
Renato Gozzer fue claro: “La falta de información científica y el rechazo a estas propuestas comprometen la credibilidad del proceso”. Aun así, reconoció el liderazgo de Ecuador y la apertura para discutir estos temas en el Comité Científico que se celebrará en Nueva Zelanda este año.
Cuando no hay calamar, hay hambre
Más allá de la política y las reuniones multilaterales, la escasez del calamar tiene un rostro humano. “Muchos pescadores no pudieron matricular a sus hijos en la universidad. Otras familias no alcanzaron a cubrir sus necesidades básicas”, relató Gozzer. El golpe económico fue directo y profundo, sobre todo para el sector artesanal en Perú, que depende casi exclusivamente de esta pesquería.
En contraste, Chile tuvo una temporada positiva, lo que evidencia la necesidad de comprender mejor los patrones migratorios del calamar y sus causas: ¿es el cambio climático? ¿la sobrepesca? ¿la presión de las flotas extranjeras?
Un llamado a la acción (y a la ciencia)
Se concluyó que sin datos, no hay decisiones acertadas. La falta de una evaluación actualizada sobre el calamar gigante deja a la región navegando a ciegas.
“Es hora de invertir en ciencia, en monitoreo y en cooperación real. No se trata solo de proteger un recurso: se trata de proteger una forma de vida”, sentenció Gozzer.