“Nos están dejando solos”: Manglares en peligro y pescadores bajo amenaza en el Golfo de Guayaquil

El dorado ecuatoriano: un tesoro artesanal que apuesta por la sostenibilidad
La pesca del pez dorado genera empleo, divisas y sabor, pero también enfrenta retos para certificarse como sostenible y proteger especies vulnerables.
Un pez que conquista paladares y mercados
El dorado, también conocido como mahi-mahi, se ha ganado un lugar privilegiado en la gastronomía y en los mercados internacionales. Con su carne suave, baja en grasa y rica en vitaminas y minerales, este pez no solo enamora en la cocina, sino que también representa una fuente importante de ingresos para el Ecuador.
Según Verónica Mora, asesora técnica del Fishery Improvement Project (FIP) en el país, la pesca del dorado genera alrededor de 65 millones de dólares anuales, siendo Estados Unidos el principal destino de exportación. “Es un producto estrella que viene de la pesca artesanal, tanto costera como de altura, y que hoy es muy apreciado en el mercado”.
Sostenibilidad: más que una meta, una necesidad
Lograr que esta pesquería sea sostenible implica un trabajo conjunto entre pescadores, autoridades, empresas y organizaciones. El objetivo es claro: mantener la productividad del recurso en el tiempo sin comprometer el ecosistema marino.
Para ello, se han implementado medidas clave:
- Veda temporal (julio a octubre) para proteger juveniles.
- Tallas mínimas de captura (180 cm de longitud total).
- Capacitaciones sobre buenas prácticas y liberación de especies vulnerables.
- Uso de anzuelos circulares y técnicas para reducir la captura incidental de tortugas marinas y tiburones.
- Monitoreo electrónico y trazabilidad en embarcaciones para garantizar transparencia en la cadena productiva.
“El manejo responsable requiere investigación continua y herramientas tecnológicas que permitan monitorear la pesquería”, recalcó Mora, quien también subrayó la importancia de la participación activa de los pescadores artesanales en la toma de decisiones.
Certificación internacional: el gran reto
Ecuador trabaja para que su pesquería de dorado obtenga la certificación Marine Stewardship Council (MSC), reconocida a nivel mundial como un sello azul de sostenibilidad. Para lograrlo, el país avanza con su Proyecto de Mejora Pesquera (FIP), que incluye a cinco empresas ecuatorianas agrupadas en Conservation Más Imagen y cuenta con el respaldo de WWF.
“Es un proceso exigente, pero necesario. No solo garantiza la conservación del recurso, también abre puertas en mercados internacionales que demandan productos sostenibles”, explicó Mora.
Un esfuerzo binacional
El dorado es una especie altamente migratoria, compartida con Perú y otros países del Pacífico oriental. Por ello, la cooperación binacional es clave. “Ya existen talleres y mesas de trabajo entre Ecuador y Perú para coordinar estrategias de manejo conjunto”, señaló la experta.
Un futuro que depende de todos
Más allá del negocio y la exportación, la sostenibilidad del dorado significa empleo para miles de familias artesanales, protección del ecosistema y seguridad alimentaria. El compromiso está sobre la mesa: conservar para seguir aprovechando.
Mientras tanto, en los fogones, el dorado sigue brillando por su versatilidad y sabor. Y si se logra el objetivo, cada bocado será también un aporte a la pesca responsable.