Ecuador frente al reto de la trazabilidad: ¿puede la pesca sostenible abrir más puertas al mundo?

México apuesta por pescar mejor: sostenibilidad y cultura del mar en el centro del debate
Bernardino Muñoz, alto funcionario de la pesca mexicana, habló sobre el nuevo enfoque de su país hacia una pesca responsable, el rol de la acuacultura, el consumo interno y el desafío de enfrentar la pesca ilegal con tecnología y cooperación regional.
Un giro de timón: de pescar más a pescar mejor
Bernardino Muñoz, director general de Planeación, Programación y Evaluación Pesquera de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca de México (CONAPESCA) explicó cómo la política pesquera de su país ha cambiado de rumbo en los últimos años. “Pasamos de querer pescar más, a pescar mejor”, señaló. Este nuevo paradigma prioriza el bienestar de los pescadores y acuicultores sin descuidar la productividad.
Desde 2018, el gobierno mexicano ha impulsado una estrategia integral que busca equilibrar sostenibilidad con desarrollo económico, promoviendo prácticas responsables en el sector pesquero artesanal e industrial. La meta no es solo exportar productos certificados, sino también fortalecer el consumo interno como parte de una visión de autosuficiencia alimentaria.
Más allá del mar: acuacultura y cultura alimentaria
Muñoz subrayó que el futuro proteínico del mundo “está en el agua”. En un país con dos litorales y una intensa actividad en aguas interiores, México ha desarrollado una acuacultura variada que incluye tilapia, trucha, bagre y camarón, tanto en granjas como en presas y ríos. A pesar de esta diversidad, aún persisten retos para impulsar su consumo.
“La gente dice que el pescado es caro porque solo piensa en el camarón o el robalo”, comentó el funcionario. “Pero tenemos más de 50 especies económicas y nutritivas”. En este sentido, insistió en la necesidad de cambiar la percepción del consumidor urbano, fomentar una cultura alimentaria desde las escuelas y acercar al público a los productos locales.
Romper el eslabón más débil: la cadena de intermediarios
Uno de los puntos más críticos del sistema pesquero, coincidieron los panelistas, es la comercialización. Durante la pandemia, la producción artesanal no cayó, pero sí lo hizo su distribución, lo que reveló la fragilidad de la cadena de valor. “El cáncer del intermediarismo o ‘coyotaje’ como lo llamamos en México sigue siendo un obstáculo”, denunció Muñoz.
Para cambiar esta realidad, propuso fortalecer los vínculos directos entre pescadores y consumidores, especialmente con restaurantes y hoteles. “Es el deber del Estado facilitar esos canales de venta directa que permitan al pescador obtener un precio justo por su esfuerzo”, afirmó.
Pesca ilegal: una lucha interinstitucional
Con más de 11,000 kilómetros de costas y un vasto territorio de pesca continental, México enfrenta grandes desafíos en el control de la pesca ilegal. Ante la imposibilidad de desplegar suficientes inspectores, el gobierno ha optado por una estrategia de combate interinstitucional que incluye a la Marina, la Guardia Nacional y autoridades ambientales, además del uso creciente de tecnología.
“Combatir la pesca ilegal no se hace con discursos, sino con cooperación, vigilancia efectiva y compromiso”, expresó Muñoz. A la par, insistió en que estas políticas deben construirse con los pescadores y sus organizaciones. En México, existen confederaciones nacionales de cooperativas pesqueras que participan activamente en los consejos estatales y nacionales de decisión.
Acuerdos internacionales y mercados exigentes
Otro punto clave del diálogo fue el Acuerdo BBNJ sobre la biodiversidad marina en alta mar. México, al igual que Ecuador y otros países latinoamericanos, ha defendido que las organizaciones regionales de pesca, como la CIAT para el atún, no sean desplazadas por nuevas figuras sin experiencia ni rigor técnico.
Muñoz criticó las posturas extremas de ciertas ONG ambientales que proponen cerrar vastas áreas marinas a la pesca sin estudios científicos que lo justifiquen. “Estamos de acuerdo en conservar, pero con base en evidencia y diálogo”, recalcó.
Sobre los mercados, indicó que México mantiene relaciones complejas pero activas con Estados Unidos y Europa, que exigen certificaciones ambientales y sanitarias estrictas. A pesar de ello, hay avances, especialmente en camarón y nuevas rutas hacia Asia. Incluso, reveló que México ha iniciado relaciones comerciales en materia atunera con Ecuador.
Un desafío compartido: el fenómeno de El Niño
La preocupación por el impacto del fenómeno de El Niño. Aunque aún incierto, sus efectos podrían alterar las pesquerías ribereñas y las cosechas acuícolas. “Tenemos una acuacultura muy vulnerable al clima. A diferencia de Ecuador, aquí solo logramos una o dos cosechas al año”, explicó Muñoz. Recalcó que la ciencia y el monitoreo continuo serán claves para anticipar los efectos de este evento.
Una región, un mar, una causa común
Los desafíos del sector pesquero y acuícola no conocen fronteras. Tanto Ecuador como México comparten preocupaciones, oportunidades y objetivos comunes. Fortalecer la cultura del consumo responsable, eliminar las barreras del intermediarismo, defender la sostenibilidad basada en ciencia y unir esfuerzos regionales en foros internacionales serán tareas clave en los próximos años.
La pesca no solo alimenta. También conecta. Y América Latina lo está entendiendo.