Ecuador frente al reto de la trazabilidad: ¿puede la pesca sostenible abrir más puertas al mundo?

Minga Mundial por el Agua: Ecuador propone una cruzada global para salvar nuestros ríos y océanos
En un país donde la biodiversidad es una de sus principales riquezas, también se arrastra una de las amenazas más invisibles y persistentes: la contaminación plástica. “La humanidad ha normalizado el modelo de consumo lineal: producir, usar y desechar sin pensar en el impacto. Pero ese modelo está llevando a nuestros ríos y océanos al colapso”, advirtió Inty Gronneberg, científico ecuatoriano y CEO de la empresa de innovación ambiental Ichthion.
El panorama es grave. Cada año, cerca de 15 millones de toneladas de plástico llegan al océano. Y gran parte de esa basura entre el 60 y el 80% lo hace a través de ríos que arrastran residuos desde las ciudades, incluso aquellas que están lejos del mar. “Pensamos que lo que ocurre en Quito no afecta al océano, pero es falso. Los ríos son el desagüe de nuestra forma de vivir. Y están colapsando”, sentenció Gronneberg.
Uno de los ejemplos más alarmantes es el río Machángara en Quito. Estudios indican que al menos el 80% de su flujo es aguas servidas, sin tratamiento alguno. Esta misma agua se utiliza para riego, consumo humano e incluso llega, vía fluvial, hasta la costa y Galápagos, arrastrando microplásticos y sustancias tóxicas.
La minga como símbolo de resistencia y solución
Frente a esta crisis, Ecuador está dando un paso al frente. Nació así la Minga Mundial por el Agua, una iniciativa ciudadana que busca unir esfuerzos de todo el mundo en torno a la limpieza, monitoreo y recuperación de ríos y océanos. Esta propuesta, impulsada por Ichthion y el Frente del Río San Pedro, tiene sus raíces en la cosmovisión andina de comunidad y colaboración.
“El 20 de abril se realizara una minga con impacto internacional. Donde participaran comunidades de varios países, recolectando basura, generando datos y demostrando que sí se puede actuar. No se trata solo de limpiar, sino de entender qué contaminamos, cómo y por qué, para tomar decisiones basadas en evidencia”, explicó Gronneberg.
En la práctica, las tecnologías desarrolladas por su empresa ya han logrado reducir hasta en un 40% la basura en ciertos ríos del país, incluyendo el San Pedro. Además, gracias al análisis de los residuos recolectados, se puede hacer trazabilidad de su origen y proponer soluciones efectivas.
Políticas que no despegan y una urgencia ineludible
Sin embargo, no basta con la voluntad ciudadana. “El esfuerzo individual es necesario, pero no suficiente. El Estado debe asumir un rol protagónico. No podemos tener planes que cambian cada cuatro años ni autoridades que solo son ambientalistas en campaña”, cuestionó el científico. En Ecuador, más del 96% de las aguas residuales domésticas van sin tratamiento a los ríos. La inversión pública en plantas de tratamiento, políticas de reciclaje, y control de asentamientos informales sigue siendo escasa.
Gronneberg fue enfático: si no se actúa con urgencia, el país perderá su ventaja natural. “Nuestra riqueza está en la naturaleza, en los océanos, en Galápagos. Nadie va a venir a ver un país contaminado. Si no protegemos lo que tenemos, lo vamos a perder. Y con ello, también nuestra economía y salud”.
Galápagos: una joya amenazada y oportunidad global
En las próximas semanas, Ichthion anunciará un proyecto sin precedentes: la mayor iniciativa global contra la contaminación plástica, nacida en Ecuador. El plan busca posicionar al país como líder mundial en soluciones tecnológicas para la protección marina, con enfoque especial en Galápagos, una de las reservas más emblemáticas del planeta.
“El 70% de la basura que llega a Galápagos no se genera ahí, sino en el continente y por flotas pesqueras internacionales. Con datos precisos, podemos demostrar esto y exigir responsabilidades”, aseguró Gronneberg, quien apuesta por un enfoque colaborativo entre empresas, gobiernos y ciudadanía.
El futuro no espera
Costa Rica, Londres o París ya avanzan con políticas sostenidas. Ecuador aún tiene la oportunidad de liderar desde el sur una transformación ambiental real, con su biodiversidad como punta de lanza. La Minga Mundial por el Agua es solo el inicio.