
Nuevos aranceles de EE. UU.: oportunidad y desafío para el comercio pesquero y acuícola mundial
El programa Azul Sostenible abordó uno de los temas económicos más decisivos del momento: los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos y su impacto en el comercio global de productos pesqueros y acuícolas.
El invitado especial fue Fernando Navia, consultor en mejora competitiva y comercialización internacional, quien analizó junto a Guillermo Morán y Mayi Zambrano cómo estas medidas pueden reconfigurar los flujos de exportación de camarón, atún y pesca blanca en América Latina.
Una jugada geopolítica con efectos globales
Según Navia, los aranceles anunciados por la administración de Donald Trump responden a una estrategia de reindustrialización de Estados Unidos y a la búsqueda de reducir su déficit comercial con el mundo.
“Trump convirtió los aranceles en su palabra favorita. Es un instrumento político, no solo económico”, señaló.
El objetivo: proteger la industria nacional y recuperar empleos perdidos durante la globalización, cuando la manufactura estadounidense migró a Asia.
Este giro, explicó, representa un retorno al proteccionismo y rompe con el paradigma del libre comercio que dominó desde los años 90, afectando directamente a los países exportadores de materias primas como Ecuador.
Impacto directo en Ecuador: entre el riesgo y la oportunidad
Ecuador, destacó Navia, se encuentra en una posición compleja pero ventajosa. Aunque Estados Unidos mantiene un déficit comercial con el país —comprando más de lo que le vende—, el nuevo arancel recíproco impuesto es del 15 %, menor al aplicado a competidores como India, que enfrenta un 50 %.
“Eso significa una ventaja relativa de 35 % para el camarón ecuatoriano frente al indio. Pero hay que moverse rápido para ocupar ese espacio antes de que cambien las condiciones”, advirtió.
El camarón de Ecuador, segundo proveedor del mercado estadounidense tras India, podría aumentar su participación si actúa con rapidez y estrategia. Sin embargo, alertó que India redirigirá sus excedentes hacia China, lo que podría presionar los precios internacionales a la baja.
Atún, pesca blanca y productos frescos: desafíos diferenciados
En el caso del atún en conserva, Ecuador ya enfrentaba aranceles del 35 % en Estados Unidos, lo que había impulsado su diversificación hacia la Unión Europea, donde goza de preferencias arancelarias.
La nueva medida no cambia esa realidad, pero refuerza la necesidad de mantener acuerdos estables para evitar que otros bloques adopten políticas proteccionistas similares.
Por su parte, las pesquerías de dorado y pez espada —exportadas principalmente en estado fresco— podrían verse más afectadas, pues no tienen mercados alternativos viables fuera de Estados Unidos por la logística y la naturaleza perecedera de sus productos.
Más allá de los aranceles: cooperación y tecnología
Navia subrayó que Ecuador debe responder con una estrategia integral que combine diplomacia, inversión y transferencia tecnológica.
Propuso profundizar la cooperación con empresas y banca de desarrollo de EE. UU., impulsando proyectos de infraestructura, innovación y créditos de largo plazo para modernizar la flota pesquera y acuícola.
“No basta con pedir que bajen los aranceles. Debemos ofrecer cooperación, inversión y tecnología a cambio. Solo así se construyen relaciones comerciales sostenibles”, afirmó.
Un llamado a la unidad del sector
El experto también hizo un llamado a articular al sector público y privado, incluyendo a los pescadores artesanales, que pueden ser los más vulnerables a las nuevas reglas del juego.
“Hay que acercarse al gobierno sin banderas políticas. La agenda del sector debe ser nacional y de largo plazo. Es la única forma de mantener la competitividad global”, concluyó.
Conclusión
El nuevo mapa arancelario global redefine la competencia pesquera y acuícola. Para Ecuador, puede ser tanto una amenaza como una oportunidad de crecimiento si logra adaptarse con agilidad, diversificar mercados y fortalecer su base tecnológica.
Como resumió Guillermo Morán, conductor del programa: “Estados Unidos sigue siendo un mercado clave. Pero el éxito dependerá de cómo juguemos en este nuevo tablero mundial”.