Ecuador frente al reto de la trazabilidad: ¿puede la pesca sostenible abrir más puertas al mundo?

Una hora por la Tierra
Ecuador se sumó a la Hora del Planeta con acciones concretas contra la contaminación plástica y una minga en el Golfo de Guayaquil que unió a pescadores, ciudadanía y organizaciones.

Unidos por el planeta, desde Ecuador
Este 23 de marzo, a las 20:30, miles de personas alrededor del mundo apagaron la luz durante una hora como parte de la campaña global “La Hora del Planeta”, un gesto simbólico que, aunque breve, busca generar un impacto duradero. En Ecuador, la acción fue más allá del apagón: se encendió una ola de compromiso ciudadano con el medioambiente.
Pablo Guerrero, representante de WWF Ecuador, explicó el trasfondo de esta campaña que nació en Sídney en 2007 y que hoy se ha convertido en el movimiento ambiental ciudadano más grande del mundo. “Es una invitación a reflexionar y actuar. Desde nuestros hogares, cada acción cuenta, y juntas pueden generar un efecto dominó de conciencia ambiental”, señaló.
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Contaminación plástica: el enemigo silencioso
Este año, la Hora del Planeta en Ecuador estuvo enfocada en un problema urgente: la contaminación por plásticos. Según datos compartidos durante el programa, en el país se generan aproximadamente 100 kg de residuos plásticos por minuto, de los cuales solo el 8% se recicla correctamente. El resto termina afectando ecosistemas terrestres y marinos.
“Estamos enfrentando una triple crisis: climática, de pérdida de biodiversidad y de contaminación plástica. Por eso, desde WWF y en coordinación con otros actores, decidimos que esta edición debía visibilizar ese reto”, comentó Guerrero.
La minga del Golfo: pescadores que limpian para sobrevivir
Una de las acciones más destacadas fue la minga de limpieza realizada en el Golfo de Guayaquil, bajo la iniciativa “Pescando Plásticos”, liderada por la Federación Nacional de Cooperativas Pesqueras Artesanales del Ecuador (FENACOPEC). ¿El motivo? Los residuos plásticos están afectando directamente a especies como el cangrejo rojo de manglar, impidiendo su desarrollo y, en consecuencia, el sustento de muchas familias pesqueras.
El sector pesquero, junto a organizaciones como Tunacons, Azul Sostenible y WWF, participaron en esta jornada que demuestra que la sostenibilidad también se construye desde lo local.
Repensar nuestros hábitos diarios
Además del llamado al apagón simbólico, se invitó a la ciudadanía a adoptar hábitos sostenibles: reducir el uso de plásticos, reciclar correctamente, consumir productos locales, evitar el desperdicio de alimentos y usar eficientemente la energía. “No se trata solo de una hora al año. Se trata de integrar pequeñas acciones todos los días”, recordó Guerrero.
La naturaleza nos da señales. ¿Estamos escuchando?
Los efectos del cambio climático, como el aumento de temperaturas, olas de calor, inundaciones e incendios, son cada vez más frecuentes. Y aunque a veces parezca que nuestras acciones individuales son insignificantes, la verdad es que sumadas pueden ser poderosas.
Durante el programa se destacó que: “Durante la pandemia vimos cómo la naturaleza recuperó espacios cuando nos detuvimos. Hoy no necesitamos una crisis global para actuar. Solo necesitamos voluntad”.
El cambio empieza en casa
La Hora del Planeta no termina con volver a encender el interruptor. Termina cuando cada persona decide mirar su entorno con otros ojos y actuar. Porque apagar la luz una hora puede parecer poco, pero es apenas el inicio de un camino más consciente, más solidario y más sostenible.
Este es nuestro único hogar. Si no lo cuidamos hoy, no habrá un mañana.