Ecuador frente al reto de la trazabilidad: ¿puede la pesca sostenible abrir más puertas al mundo?

Ecuador defiende su soberanía pesquera ante Europa
La industria nacional se enfrenta a la amenaza de una competencia desleal impulsada por propuestas europeas que favorecen productos sin estándares de sostenibilidad ni garantías laborales.
Ecuador cuestiona la entrada de atún sin control al mercado europeo
En una nueva edición del programa Azul Sostenible, Bruno Leone, presidente de la Cámara Nacional de Pesquería, abordó los principales desafíos que marcarán el 2025 para el sector pesquero ecuatoriano, con énfasis en la polémica generada por el pedido de la industria conservera española de ampliar el contingente de atún sin aranceles. Este planteamiento ha encendido las alarmas en Ecuador, que defiende su compromiso con la pesca sostenible y las buenas prácticas laborales.
La preocupación central gira en torno a la posible entrada al mercado europeo de productos provenientes de flotas que no cumplen con estándares internacionales. “No solo estaríamos hablando de pesca sin controles, sino de violaciones a los derechos humanos, como la esclavitud a bordo”, alertó Leone, al referirse a embarcaciones asiáticas que no cuentan con vedas ni observadores y que incluso retienen los pasaportes de los tripulantes.
Industria nacional: modelo de sostenibilidad
Leone recalcó los esfuerzos realizados por la flota atunera ecuatoriana, una de las más grandes del mundo, en temas como inversión en tecnología, control ambiental, biodiversidad marina y derechos laborales. “El consumidor europeo quiere calidad, pero también responsabilidad. No se trata solo de precio”, explicó. Ecuador ha invertido en sostenibilidad, cumpliendo cabalmente los compromisos del acuerdo comercial con la Unión Europea.
Además, destacó que Ecuador alcanzó una pesca récord en 2024, con 450 mil toneladas de atún, un crecimiento que se explica, entre otros factores, por el efecto posniño y la capacidad instalada de la industria. Aun así, los precios no se desplomaron, gracias a la alta demanda internacional de productos del mar.
Una industria clave, sin prioridad política
Aunque la pesca y la acuacultura representan cerca del 40% de las exportaciones no petroleras del país, Leone lamentó que el sector no esté presente en los planes de gobierno de los actuales candidatos. “Hemos demostrado que somos una industria sólida, que genera empleo y aporta al país. Sin embargo, seguimos siendo invisibles en las agendas políticas”.
El pedido al nuevo gobierno es claro: restablecer el Ministerio de Pesca y Acuacultura, eliminado en el pasado, y consolidar políticas que permitan fortalecer la seguridad en el mar, abrir nuevos mercados (como Estados Unidos) y explorar oportunidades como la maricultura o la pesca del calamar gigante.
Reserva Hermandad: modelo de cooperación
Durante el espacio también se reconoció el papel del sector pesquero en la creación de la Reserva Hermandad en Galápagos. “Fue un proceso donde los pescadores, las ONGs y el Estado se sentaron a construir algo juntos. Eso demuestra que sí se puede conservar y producir al mismo tiempo”, señaló Leone.
¿Puede Ecuador convertirse en una potencia pesquera global?
Ecuador tiene una oportunidad única para posicionarse como potencia pesquera global, pero necesita respaldo institucional y coherencia en las políticas de comercio internacional. Defender el trabajo bien hecho, con responsabilidad ambiental y social, no solo es justo, sino estratégico para un país que busca competir con calidad y no con precariedad. La sostenibilidad no es un lujo: es la única forma de asegurar el futuro de nuestras especies… y de nuestra gente.