“Nos están dejando solos”: Manglares en peligro y pescadores bajo amenaza en el Golfo de Guayaquil

Astilleros ecuatorianos: la apuesta estratégica para el desarrollo marítimo
El país busca fortalecer su industria naval con una inversión histórica en Posorja, reduciendo costos y generando empleo para miles de familias.
Un país con tradición de astilleros
Guayaquil siempre ha sido sinónimo de astilleros. Desde la época colonial, la ciudad se consolidó como un centro estratégico para la construcción de embarcaciones gracias a la abundancia de maderas resistentes y a la pericia de artesanos que dieron vida a galeones y buques mercantes. Hoy, esa tradición se mantiene viva, adaptándose a las nuevas exigencias tecnológicas y al crecimiento del sector marítimo y pesquero.
Astinave: el motor de la industria naval ecuatoriana
La Empresa Pública Astilleros Navales Ecuatorianos (Astinave) lleva 50 años brindando mantenimiento a la flota naval y pesquera del país, además de construir embarcaciones especializadas. Con instalaciones en Guayaquil, la empresa atiende buques tanqueros, pesqueros industriales, embarcaciones turísticas que operan en Galápagos y la flota de la Armada del Ecuador.
Actualmente, Astinave cubre apenas el 40% de la demanda de mantenimiento, debido a la limitada capacidad instalada. Esta situación obliga a muchos armadores a enviar sus embarcaciones a Perú, Chile e incluso España, con costos que pueden superar los 350 mil dólares solo en traslado y combustible, además del gasto en reparaciones. Esto representa una fuga anual estimada en 60 millones de dólares hacia otros países.
La gran apuesta: un astillero moderno en Posorja
Para revertir esta realidad, Astinave proyecta la construcción de un nuevo astillero en Posorja, con una inversión de 60 millones de dólares en su primera fase. El complejo ocupará 21 hectáreas, iniciando con 6 para la instalación de seis andenes y un sistema moderno tipo syncrolift, que permitirá realizar reparaciones y construcciones simultáneamente.
El objetivo es claro: atender el 95% de la flota atunera y de otras industrias que hoy no pueden recibir servicio localmente. Esto incluye buques pesqueros, tanqueros y embarcaciones de turismo. El proyecto contempla dos años de construcción y generará más de 500 empleos directos y cerca de 1.000 indirectos, dinamizando la economía local.
Impacto económico y estratégico
El desarrollo de esta nueva planta no solo reducirá costos para las empresas pesqueras, sino que también mantendrá la derrama económica en el país, beneficiando a proveedores, talleres especializados y la cadena logística. Astinave proyecta quintuplicar sus ventas anuales, pasando de 50 millones a más de 200 millones de dólares, una cifra que refleja el potencial de esta industria.
Además, Posorja cuenta con una ubicación geoestratégica que la conecta con rutas marítimas internacionales y con el nuevo puerto de aguas profundas, lo que refuerza su papel como nodo logístico del Pacífico.
El futuro: innovación y sostenibilidad en la construcción naval
Más allá de la ampliación de infraestructura, la industria naval mira hacia la incorporación de tecnologías limpias, motores híbridos y el uso de combustibles alternativos como el hidrógeno o el amoniaco. Aunque el país aún está dando los primeros pasos en esta transición, Astinave ya capacita a su personal y busca alianzas con astilleros europeos para garantizar estándares internacionales en calidad y sostenibilidad.
Visión hacia el mar
El proyecto de Posorja no solo es una obra de ingeniería, es una apuesta estratégica para que Ecuador recupere su tradición marítima y fortalezca un sector que impacta en la pesca, el transporte y el comercio exterior. Como lo señaló Byron Machuca, gerente general de Astinave: “El mar es el futuro, y Ecuador debe invertir en él para generar empleo, innovación y desarrollo económico”.