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¿Viene con fuerza? El Niño ya impacta a Perú y Ecuador, advierten especialistas
El fenómeno climático avanza en la región y podría intensificarse en los próximos meses. El meteorólogo Abraham Levy alerta sobre los efectos, llama a mejorar la comunicación científica y sugiere medidas urgentes de prevención.
El Niño ya está aquí. Y aunque aún se monitorea su evolución en el Pacífico central, en la costa de Perú y Ecuador ya se sienten sus efectos. Así lo confirmó el reconocido meteorólogo peruano Abraham Levy, quien explicó en detalle las dinámicas del fenómeno y sus impactos potenciales en la región andino-costera.
Levy señaló que desde febrero ya vivimos un “Niño costero” fuerte en Perú y Ecuador, caracterizado por el calentamiento de las aguas en las zonas cercanas a la costa. “Ese calentamiento ya está generando impactos serios. No hay duda: estamos en condiciones del fenómeno de El Niño”, afirmó.
El mar se calienta, la pesca cambia
Uno de los sectores más sensibles es el pesquero. En el caso del Perú, la anchoveta especie clave para la industria de harina de pescado se desplaza a aguas más profundas cuando el mar se calienta, lo que afecta tanto a los pescadores como a aves y mamíferos marinos. Ecuador, por su parte, ya reporta mayor presencia de camarón y perico, especies que tienden a aparecer en mayor cantidad con aguas cálidas, lo cual beneficia parcialmente a la pesca artesanal.
“El Niño no es sólo devastación, también puede traer oportunidades”, reconoció Levy. Sin embargo, remarcó que los impactos positivos son limitados frente a las lluvias intensas, pérdidas agrícolas, interrupciones viales y afectaciones a poblaciones vulnerables que suelen acompañar estos eventos.
¿De dónde viene y por qué se llama así?
Levy hizo también un repaso histórico y científico del fenómeno. Recordó que fueron los pescadores del norte peruano quienes, a fines del siglo XIX, notaron la llegada de aguas cálidas y lluvias inusuales cerca de Navidad, bautizándolo como El Niño en referencia al Niño Dios. Con el tiempo, científicos internacionales ampliaron el concepto para incluir también el calentamiento del Pacífico central, lo que hoy conocemos como El Niño “global” o “canónico”.
Un fenómeno mal comunicado
El meteorólogo advirtió sobre la desinformación mediática que muchas veces rodea al fenómeno, generando pánico innecesario o interpretaciones erradas. “Hay periodistas que, por falta de formación en temas climáticos, terminan diciendo que El Niño va a destruir el país. Eso confunde a la gente y perjudica la toma de decisiones”, criticó.
Levy enfatizó la necesidad de comunicar con claridad y sin alarmismo, y llamó a los gobiernos de Ecuador y Perú a invertir más en ciencia climática y educación ambiental desde las escuelas.
¿Qué podemos hacer desde ahora?
Frente a una posible intensificación del fenómeno en los próximos meses especialmente en el centro del Pacífico Levy propuso cinco líneas de acción para gobiernos, sector privado y ciudadanía:
- Monitorear y divulgar correctamente la información climática.
- Diferenciar los tipos de Niño: costero vs. global.
- Actualizar planes de prevención y mitigación con base en datos históricos.
- Invertir en investigación científica y tecnología meteorológica local.
- Incluir la educación climática en el sistema escolar desde edades tempranas.
“La diferencia entre una tragedia y una emergencia manejada está en cuán preparados estemos. Ya sabemos qué zonas se inundan, qué puentes colapsan, qué comunidades son las más vulnerables… No podemos seguir improvisando”, concluyó Levy.
El Niño no es un extraño visitante. Vuelve cada cierto tiempo y, aunque impredecible en intensidad, es parte del sistema natural que compartimos. Como sociedad, el reto está en dejar de reaccionar tarde y comenzar a anticiparnos. Para eso, necesitamos ciencia, educación y voluntad política. Prepararnos no debe ser una opción: debe ser la norma.